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lunes, 16 de julio de 2012

Esa sensación de sentirte vacía por dentro, no saber quien eres, que es lo que quieres, lo que buscas. Esa sensación de que pareces estar sola, de que nada te importa y lo único que quieres es ponerte los auriculares, escuchar la música todo lo fuerte que se pueda y cantar a los gritos para así olvidarte de todo.
Te invaden las ganas de llorar y se te humedecen los ojos. Sensación de ser una más en el mundo, sentirte nada y nadie. Querer huir corriendo a cualquier lugar que no sea en el que estás, un lugar donde nadie te conoce y no existen los problemas. Pero te das cuenta de que ese lugar no existe, es simplemente un invento de las películas, películas que ves y tienen un final feliz y piensas: ¿Dónde está ese final feliz?
Esa es la sensación que siento. Te cae la primera lágrima, la segunda... Empiezas a llorar. No sabes que te pasa. ¿Por qué estoy así? ¿Qué ha pasado? No sé. Solo sé que se me parte la cabeza de lo alto que esta la música. Paro la música. ¿Y ahora qué? Necesito un abrazo y ese: "Todo ira bien" que se dice en estos casos y solamente funciona para que llores más fuerte, desahogándote. Me limpio las lágrimas. Miro el móvil, las 18:33. Me vendría bien dormir, pero no tengo ganas. Solamente quiero escribir en este blog para desahogarme. Nada más. Pero ya no tengo nada que decir, ya lo he dicho todo. No hay nada más que poner. Por mi estado de ánimo he tratado mal ha personas que no tienen la culpa, o quizás si, pero no se lo merecen. Estoy cansada, cansada de esto, cansada de todo. Lo único que puedo sacar de esta situación es que los amigos que tanto dicen estar ahí para todo, no están. Nadie está. Quizás no sea algo positivo, pero es ese momento en el que crees crecer, haber visto ya como es la vida, y que respecto a todo lo que pase, hay que salir adelante, levantarte del sillón, gritar y dibujar una sonrisa en tu cara, no del todo sincera pero que te ayuda a estar mejor.