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miércoles, 22 de enero de 2014

La vida te da más motivos para sonreír que para llorar.

Hoy me he puesto a pensar 10 motivos para dejar de sonreír. Sí, así como suena. Y salió la siguiente lista:
1. Tengo a mi padre lejos. Pero, sin embargo, gracias a ello me doy cuenta de lo que nos quiere, de todo lo que hace por nosotros, de que sé que sí lo hace es para darnos una buena vida a mis hermanos, a mi madre y a mí. Eso me hace sonreír. 
2. Mi familia también está lejos, más lejos aún. Pero, me pongo a pensar y, eso aunque siga siendo doloroso, me ha hecho conocer mundo desde pequeña, me ha hecho conocer a grandes personas que ayudaron a mis padres a salir adelante en tiempos difíciles y pensar que tengo a mi familia argentina a mi lado, pero una familia española también. Vuelvo a sonreír. 
3. Todo lo que tengo que estudiar. 'Estudiar. ¿Para qué?' Pienso a veces. Y, entonces, miro a mi futuro. Me veo a mí siendo feliz, viajando a donde yo quiera, trabajando de lo que más me gusta, gracias a haber estado estudiando en mi adolescencia quejándome por todo lo que se me amontonaba, que cada día era más y agradeciendo no haber tirado la toalla y haber seguido adelante. Un futuro sin malas rachas y con un buen título. Sonrió. 
4. Mis amigas, todas tan enamoradas con sus novios y yo tan 'adoro comer y dormir'. Me paro a pensar en este motivo. Pienso en mí hace un año, estaba triste por mi reciente ruptura. ¿Qué me trajo aquello? Sueños rotos, el corazón partido y pensamientos negativos hacia mi persona. Pero también otras cosas, cosas como nuevas experiencias, nuevas pensamientos sobre el mundo y nuevas opiniones. Quizás no fuera tan malo después de todo. Me di cuenta de que las cosas tienen sus buenas y malas consecuencias, y que quizás lo que yo necesite ahora no me las dé una persona que no merezca estar en mi vida y compartir mi juventud. Pienso que cada cosa, ya llegará a su debido tiempo. Esa reflexión me hace sonreír. 
Llego al quinto motivo y veo que no me quedan muchas cosas por las que dejar de sonreír, y que las que he sacado, también conllevan sus cosas buenas. Entonces me pregunto, ¿por qué la gente es tan seria? ¿Por qué no sonríen más? ¿Por qué hay tantas preocupaciones en el mundo? Una pequeña parte de mí contesta la palabra 'dinero'. Pero pienso en algunas personas que no conocen esa palabra, como los bebés. Ellos no necesitan el dinero, viven de cosas esenciales como lo es su madre, su padre y su leche materna. Quizás vivimos en un mundo rodeado de demasiada tecnología y dinero y de pocas sonrisas. Me parece triste eso y creo que deberíamos pensar en ello. ¿Por qué no dejamos de lado lo material y pensamos en algo más importante como es sonreírle a tus padres, a tus vecinos o a las personas que te miren por la calle? Pienso que esto deberíamos hacerlo todos, incluida yo. Así que intentemos levantarnos mañana, y regalarle una sonrisa al mundo. Porque ningún mal es eterno y las cosas siempre llevan su lado bueno.