Gracias.

Hoy quiero dar las gracias, si las gracias.
Empezar a dar las gracias a mis padres. Gracias por tenerme, por quererme, por darme una vida normal, por dar la vida por mi y mis hermanos. Gracias. Gracias por darme todo, por aguantarme en mis días malos y buenos, por aconsejarme, por todos eso, gracias.
Gracias a mis hermanos. Gracias por estar a mi lado todos los días, por aguantar mis malos humores, por cuidarme, por quererme a pesar de todo. Gracias.
Gracias a mi familia. Gracias por acordaros de mi aunque sea un minuto al día, por aún estando lejos querernos tanto y cuidar de nosotros pese a las distancias. Gracias.
Gracias a mis amigos. Gracias por estar ahí siempre que los necesito, por cuidarme, por quererme. Gracias por ayudarme en los malos momentos y estar junto a mi en los buenos. Gracias.
Gracias a la gente de mi alrededor. Gracias porque, aunque no seáis tan amigos míos, estáis compartiendo vuestra vida conmigo y yo con vosotros, aunque no sea tan directamente. Gracias.

Gracias a la gente que no le caigo bien. Gracias por enseñarme a que no soy perfecta, ni mucho menos y que no a todo el mundo le agrado pero, sin embargo, yo soy como soy y no voy a cambiar. Gracias.
Gracias a la gente que me ha hecho daño. Gracias por enseñarme a no confiar sin antes conocer, por  hacerme fuerte con cada golpe, porque me enseñáis lo que no quiero hacer yo, dañar a gente que me ha dado su confianza. Gracias.
Gracias a los desconocidos que llegaran. Gracias porque me haréis vivir buenos momentos y grandes conversaciones. Gracias porque os cruzaréis por mi camino para enseñarme cosas nuevas. Gracias.
Y finalmente, gracias a mis lectores. Gracias por leer cada entrada, por hacer que me entren ganas de escribir en este blog y desahogarme. Gracias.
Gracias a todos.

Los sueños.

Hoy quiero hablar de los sueños. Yo, como mucha gente, tengo muchos sueños. Pero mi sueño principal del momento es mi cumpleaños de 15. Quizás suene un poco material, pero va mucho más allá de eso. Sueño con mi cumpleaños de 15 como una gran fiesta donde yo soy la protagonista, la princesa, esa princesa por un día que todas hemos soñado. Quiero sentirme especial, notar que he crecido, que ya no soy una niña. Pero sobretodo, quiero celebrar mi cumpleaños de 15 para viajar a mi país, a Argentina, con mi familia y con mi abuelo, que es por quién deseo tanto que llegue ese día.
Mi abuelo es un hombre excepcional, es único, es especial. Él es una de las personas más importante en mi vida. Un día me dijo que no se iba a morir hasta que no bailará el vals con él en mi cumpleaños. Soy su única nieta, los demás son todos hombres y para él es muy especial ese día.
Sueño con ese día como un día muy especial, un día memorable en mi vida, un día inolvidable y que pienso cumplir. Pienso cumplir mi sueño por mucho que me cueste.
Todos deberíamos cumplir nuestros sueños, porque es maravilloso sentir un sueño cumplido.

Las cosas no siempre son como uno quiere.

Una persona puede ser mucho y al día siguiente bajarla de ese pedestal en un abrir y cerrar de ojos. No es por elección propia, simplemente es que te das cuenta de las cosas y cuando ves que la ha cagado demasiado, no querer seguir estando en esa situación. Y es cuando pasa el tiempo que te das cuenta de que aunque quieres volver a estar como antes, no quieres hacerlo con esa persona. Porque te das cuenta de que aunque te lo pasarás muy bien no estabas bien contigo misma y no eras igual de como verdaderamente eres.

Pasa el tiempo y esa persona quiere arreglarlo pero cada vez la caga más. Involucra a personas que no tienen nada que ver y me hace ser la mala de la película, y en vez de conseguir arreglarlo la caga más, y cada vez quiero saber menos de ella.

Hoy, hace todo lo posible para que me sienta mal, para que me arrepienta de mis decisiones y que rectifique. Para que vuelva a ser como antes, para ponerla de nuevo en el pedestal del principio y es cuando me doy cuenta de como es realmente. Que la persona que todos ven como buena, débil y perfecta en realidad es una falsa y tiene dos caras y a mi, eso no me va. Me valoro un poco más para ir con ese tipo de gente y pienso que cada cosa se pondrá en sus sitio con paciencia y tiempo. Yo no me arrepiento de nada, es más estoy mejor ahora que entonces. Soy feliz y eso no depende de ninguna persona, simplemente de mi.